APAGADO | PENSAMIENTO


 ¿A dónde ha ido lo que nos prometimos?

¿Qué hice para que te fueras sin motivos?

 

Empecé de cero tantas veces,

que ya sé que será igual.

 

Hay días que me cuesta más, lo admito.

Me duele tanto que el amor sea un mito.

 

De tanto llorar, sé que nos ganó el miedo a perder.

¿Sabes cuántos me han visto caer?

Tanta decepción

duele para siempre.

 

¿Cuándo va a volver?

Todo aquello que dejamos “para después”.

 

Ahora que estoy así,

No sé si me quitaste la vida.

 

Me prometiste que no te irías

y ahora te recuerdo

que el amor no se mata simplemente al alejarse.

 

Desde que estás, me cuesta hasta dormir.

Apagaste la llama que había en mí.

 

Ya no puedo respirar.


Si solo sabes jugar,

no la vuelvas a enamorar.

Si solo piensas en ti,
sé adulta y vete por ahí.

La has apagado
y eso no podré perdonarlo.

¿VA TODO BIEN? | RELATO 8M


No tuve otra opción. 

Gotas de sangre formando pequeños recorridos en mi frente, provocando cosquilleos que me impedían pensar. El temblor de mis manos impidiendo que pudiese seguir sujetando el cuchillo tintado de rojo. La inestabilidad que me había originado verlo ahí: acostado en el suelo de la cocina, bañándose en la piscina que él mismo había formado.

Todo parecía distinto. Solo el reloj del horno se atrevía a interrumpir el doloroso silencio que había empezado después de su quejido.

Cuando el cuchillo cayó, mis pulsaciones comenzaron a acelerarse para permitirme respirar. ¿Cómo habíamos llegado a esto? Todo había ocurrido muy rápido. No sabía a quién llamar, ni siquiera recordaba cómo se articulaba ninguna palabra. 

Tenía miedo. Miedo de que cualquier movimiento fuera el que lo despertase. ¿Y si lo conseguía? Todo volvería a empezar. Era imposible. Sus orificios nasales ya estaban más que inundados en su propia sangre. 

¿Qué debía hacer? ¿Huir? ¿Ver si estaba vivo?

El timbre sonó. Alguien estaba llamando a la puerta. ¿Cómo se habían enterado? ¡Qué rápido! ¿Debería ir?

Mis temblorosas piernas comenzaron a moverse. El chapoteo de cada paso que daba era solo una excusa para aumentar mis pulsaciones. Llegué a la puerta dejando unas huellas rojas por el camino.

“¿Quién es?” Pregunté temblorosa antes de abrir. Ni siquiera lo comprobé por la mirilla. “Policía” respondieron. “Hemos recibido una llamada del 016 proveniente de este domicilio. ¿Va todo bien?”.

Po-li-cí-a. Cada sílaba retumbaba en mi cabeza. Se hacía eco con cada golpe sonoro. Me habían pillado. Me iban a llevar a prisión. Me iban a quitar la posibilidad de ver a mi hijo crecer. No. Habían llegado después de mi llamada. ¿Venían en mi ayuda? Sí, era eso.

No me demoré demasiado. Abrí la puerta escondiéndome tras ella. No quería que me vieran, pero sí que se lo llevasen lo antes posible. Uno de ellos me encontró en mi pequeño escondite. “¿Sigue aquí?” me preguntó. Solo asentí. Se quedó conmigo mientras su compañero lo buscaba, dejándose guiar por el camino de huellas rojas que yo misma había creado.

Lo siguiente que recuerdo es estar aquí ante usted. Ya le he contado todo lo que sé. Le juro que esta resolución se debe a que no tuve otra opción.


HE VUELTO | PENSAMIENTO

 

He vuelto. 


Como siempre,

no me creo 

tenerte en frente.


Parece que

se ha vuelto una tradición:

Han pasado

muchas cosas

en nuestra separación.


«Respirar» es público,

espero que

no te parezca absurdo.


En él te escribí

lo que me haces sentir.


Me he reinventado.

He pensado que, 

al estar a tu lado,

sabrías que he publicado.


Aunque no lo creas,

«No estamos solos»

ha sido el segundo libro.


Como lo oyes,

el año pasado 

ha sido raro.


Guarde energías

de mi última visita 

e hice de ella

tres publicaciones

casi perfectas.


(Al contemplarte,

sé lo que es 

el puro arte

de ser perfecto

al instante).


Sí, he dicho

tres publicaciones.

Ahora te doy las razones.


Del último libro

que he escrito,

nació «Estuvimos solos»,

la continuación

de mi reinvención.


Ambos

son mis primeros

libros narrativos.


Lo sé,

no me crees,

pero te juro que es así.


La lírica,

cuando no va dirigida a ti,

parece que ya no es tan mística.


Esta visita

se me ha hecho corta,

pero no importa,

me voy tranquilo

sabiendo que volveré

a este sitio.


Las palabras

brotan de mí.

Parece que

estaban esperando 

para salir.


Gracias por ser mi inspiración,

por sacar el arte que llevo dentro

y por no ser consciente de ello.


Gracias por preocuparte,

la Manzana sigue creciendo.

Tendrías que verla,

tiene magia en sus venas.

Con su mirada,

me adelanta

que será grande

y no en su talla.


Alceo está conmigo,

no puede hablarte

ni verte,

pero aquí está:

demostrando

que me quiere,

como un instinto animal.


Todavía

queda mucho por decir,

pero creo que el resto

te lo diré desde mi pecho

en mi pensamiento.


Me quedaré con lo importante,

ya lo sabes.


He vuelto.

ESTUVIMOS SOLOS

 


¡«Estuvimos solos» será vuestro el 22 de marzo en Amazon! Tengo muchísimas ganas de que lo podáis leer y me compartáis vuestras opiniones.

EXCAVAN


«Tenemos que ser conscientes de nuestras limitaciones».


Palabras diseñadas 

para entrar en tu mente

y destruirte lentamente. 


«Pensé que tú, precisamente tú, eras capaz».


Excavan

sin importar

lo que pasa.


No les importa

a quien se lleven por delante, 

te rompen 

y debes callarte.

PERFECTAMENTE CONSTRUIDA



Parecía un cuadro, una imagen perfectamente construida. Las tijeras miraban a Sara o quizá era ella quien lo hacía.

Tac, tac, tac… Las gotas se precipitaban desde el grifo hasta el lavabo. Poco a poco taladraban su mente. Solo reafirmaban lo que ella estaba pensando. La ducha continuaba sonando, pero no tanto como el lavabo.

Sara se atrevió a hacerlo. Dejó llevarse por su ansiedad y agarró las tijeras. La escena se repetía: ambas se miraban, preguntándose si lo que estaba haciendo era lo correcto.

Dejó que las hojas afiladas rasgasen su brazo desnudo, mientras sus párpados la protegían de tal grotesca imagen. Con el escozor, abrió los ojos y recapacitó. ¿Qué estoy haciendo? Se preguntó.

Sara se miró el brazo y vio el corte que acababa de hacerse. Lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas, parecía que alguien había abierto el grifo desde sus ojos. ¿Cómo había llegado a ese punto? Se preguntó. Recordó la presión que había sentido durante todo el día, la sensación de no ser suficiente, de no ser capaz de hacer nada bien. Se sentía sola y atrapada en su propia mente.

Tiró las tijeras en el lavabo, parecía un cuadro, una imagen perfectamente construida.

SONRISA

 


DISFRUTA


¿MERECE LA PENA?

ME GANÓ


Me ganó ya ha salido y está disponible en Youtube y Spotify. Es un pensamiento breve, pero doloroso. Una historia de conflictos en la que la angustia gana y hace recordar al artista su relación más íntima.

Para verlo haz clic en la imagen o presiona el siguiente enlace: https://www.youtube.com/watch?v=q0GKXv2tPlY