¿TE HAGO FELIZ?
¿Realmente
te hago feliz? Me veo en la obligación
de hacer esta pregunta porque, honestamente, empiezo a dudarlo.
Tus
ojos, en ocasiones, me reflejan la tristeza y el miedo. Desde el principio
quise hacer lo contrario: enseñarte qué es la paz y la felicidad. Parece que
todos mis esfuerzos generan los resultados contrarios. Juro que lo intento, que
lucho por hacerte feliz y que sepas que te necesito más que al respirar.
Las
flores dejarían de ser flores si en algún momento no te pararas a olerlas y
puede que, también sea eso lo que me hace feliz: saber que te tengo aquí.
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