PASADO
El pasado duele siempre y cuando se le recuerde. Es nuestro enemigo cuando en realidad
queremos ser amigos. Debería funcionar para mejorar, pero ya no me quedan
fuerzas por las que tirar.
Es una bola constante que pesa y no se tolera. Peor se
lleva si no se acepta, pero qué esperar de alguien que no lo sabe tramitar.
No es enemigo si usaste la cabeza conmigo. No saber
gestionar tu propio pasado dice mucho de tus deseos pasionales.
Sé lo que prefieres si hablas con aquellos que me
cuestionan mientras dices que me quieres.
Olvidar no es superar.
Y justo cuando crees que la cosa empieza a cambiar,
todo vuelve marcha atrás. Ojalá me entendieras cuando te digo que lo de atrás
es lo que me hace pensar en los demás.
¿Cómo pensar en un nosotros si cuándo menos me lo esperaba
me traicionabas por la espalda?
Escribir me ayuda a vivir, pero también es la puerta
que necesito para decidir.
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