PARÁLISIS
Dime por qué me quema tanto tu recuerdo, por qué sigo diciendo que eres tú a quien quiero. No sabes cómo lo necesitaba: tenerte a mi lado, sentirte conmigo.
Sin saberlo, ya te habías ido y, por desgracia, debería decir que nunca has estado. He querido ver un mundo de fantasía, donde lo real y lo ficticio se mezclaban para mostrar lo que yo quería observar.
Me he estado engañando a mí mismo. Jamás creí poder ver todo con los ojos tan abiertos.
Más que nunca tengo la vista clara, ya no hay niebla que disipar, ya no hay monstruos que espantar.
Mi mayor monstruo eras tú y te creí mi salvador. Tonto de mí. Siempre, a un paso de acertar, te vuelvo a fallar. He de aceptar que no hay ningún destino que nos siente bien, que sólo tenemos destinadas pesadillas a nuestro parecer.
0 comentarios:
¡Deja tu comentario!