NIEVE
Temo no volver a ver tu foto nunca más, que me olvides y no quieras mirar hacia atrás.
Y es que supongo que los miedos son como los sueños, que vienen y van.
Que, a diferencia de ti, yo no tengo motivos para sonreír, para pasar un buen rato. Que la nieve te llevó al cielo de los placeres y aquí, donde no hay nieve, no existe tal sendero.
Esto es un claro ejemplo de que nuestros caminos, a pesar de haber estado una vez unidos, ya no van en paralelo.
Me olvidé del motivo que me hacía sonreír cada día antes de tu llegada, pues pasaste a serlo tú. Ahora ya no sé si puedo sonreír, sólo sé que ya no soy nada y eso es lo más triste.
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