CASI DESPEDIDA
Hoy es uno de esos días en los que la pena me da una puñalada por la espalda y me impide respirar. Ya nada me sirve de consuelo, ya nadie quiere serlo.
Siempre creo haberte visto en otras caras, pero terminas desapareciendo y yo vagando por los callejones de esta ciudad.
No me has dado tiempo a volar, no me has dejado probarte. Esta vez sólo he podido mojar los labios en miel.
Ya nadie podrá contarme sus historias de amor y de pasión. Ya nadie podrá ser el ladrón de un corazón que se olvidó a ignorar la razón.
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