ODA A LA LIBERTAD
En la siguiente publicación, seréis conscientes de cómo imito a uno de los autores españoles cuya forma de redacción es peculiar a la de los demás. Antes de la lectura quiero aclarar que no pretendo plagiar, superar o mofarme del autor; simplemente he imitado su forma de expresar sus pensamientos por un trabajo que me han solicitado en clase. Espero que os guste.
El otro día,
en las noticias, mostraron la petición de mano que realizaba un policía de
Estados Unidos a su pareja. Hasta ahí todo muy normal, ¿verdad? Pues resulta
que el agente de seguridad recibió multitud de quejas, ataques verbales y
mierdas así. Si usted se pregunta el porqué de esta gilipollez, yo se lo
contesto sin ningún problema: la pareja era homosexual, es decir, que ambos
eran dos hombres atraídos sexualmente el uno por el otro (se lo explico por si
ha vivido en una cueva durante estos últimos años, como las personas que han
insultado al americano). Así es: me dispongo a hablar sobre uno de los temas
más discutidos, temidos y, me atrevo a decir, inútiles del siglo XXI. Si no
quiere leer el artículo, le insto a leer alguna columna de deportes o ver el
Madrid-Barça como buen hombre que es o bien, si es una mujer, ir a limpiar la
cocina o a hablar con la vecina sobre el rendimiento de sus hijos en la
escuela.
Pues sí,
parece mentira que a día de hoy siga habiendo estos problemas relacionados con
la sexualidad de la gente. Siempre he creído que la gente ha podido hacer lo
que le salía de los mismísimos cuando querían. ¿Por qué ahora eso que yo creía ya
no es válido? ¿Acaso alguien les dijo algo a los Reyes Católicos cuando
decidieron crear una expedición que haría finalmente descubrir el continente
americano? ¿O alguien puso alguna objeción cuando Steve Jobs quiso publicar su
primer iPhone en 2007, invento que le otorgaría su billonaria cuenta bancaria?
No entiendo por qué la gente sigue siendo tan metomentodo y, aunque solo
hablaran… Pero no les llega con hablar de este tipo de personas a las espaldas,
sino que, tienen que insultarles, agredirles e, incluso, matarles. No creo que
ningún homosexual, sea hombre o mujer, haya matado a un hetero por el simple
hecho de ser eso, un hetero. ¿Acaso a alguien le han dado un premio al
heterosexual del año por tener el palo duro cada vez que ve un par de tetas o
un culo bien puesto?
Tampoco le
hable a un retrógrada de la homosexualidad, pues se empieza a preguntar si eso
es natural o si usted forma parte de su “clan” ¡pues no, señores! Por defender
a las personas que defienden sus derechos, que luchan por lo que quieren (que a
saber cuántos cobardes se han casado con mujeres, simplemente por ser “lo
normal”) no soy homosexual.
Me gustaría
hablar con el primer homófobo que ha dicho que estar enamorado de una persona
de tu mismo género es antinatural. ¿No es “natural” porque no pueden tener
hijos? Pues para darles un detalle que no han pensado nunca: es cierto que no
pueden tener hijos biológicos, pero gracias a ellos, los niños huérfanos tienen
hogares donde vivir.
Yo, me la suda
si no te interesa, soy capaz de enamorarme de la persona, por muy “ñoño” que
parezca, pues yo veo la belleza interna. ¿Acaso he de renunciar a enamorarme de
un hombre que tiene todo lo que busco y deseo por el simple hecho de ser “un
hombre”? Desgraciadamente en mi generación siguen existiendo este tipo de
personas, personas que serían capaz de remplazar tu amistad para que el resto
de retrógradas no piensen que sois unos maricas.
Si todavía
usted sigue pensando igual que antes de leer mi artículo, me empezaré a dirigir
a mi lector como cavernícola. Entonces cavernícola, tal vez le suene
Aristóteles, filósofo griego del siglo IV a.C., pues si le suena, le felicito
ha vivido en una cueva psíquica, no literaria (desgraciadamente). Pues sí, el
pensador “estagirita” era homosexual ¿le sorprende? Claro, el escribir es un
arte de chicas, de mariquitas y no de
macharrones.
En fin, yo, a
mucha honra, escribo mis relatos, mi libro e incluso tengo amigas chicas.
Siento romper esa idea que tenía usted de los gays, pero yo no lo soy.
Después de
darle el coñazo con mis palabras, puede volver a atar el hueso en su pelo y a
dormir en su preciosa cueva.
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