«Estás a tiempo»
¿Nunca os habéis encontrado en la situación en la que estáis hablando con un amigo o familiar sobre vuestro día a día y lo que os gustaría llegar a conseguir en un futuro y no tiene nada que ver con lo que estáis haciendo y os responden un: «Pues estás a tiempo»? Por ejemplo, si estoy estudiando un curso de cocina y les comento que también me hubiera gustado ser peluquero (repito: por ejemplo), respondiéndome con un «pues estás a tiempo» me hace preguntarme muchas cosas.
La vida es un camino que se va haciendo más largo o más
corto, más ancho o más fino, más plano, cuesta abajo o cuesta arriba, según
nuestra toma de decisiones y eso, quieras o no, es un peso bastante gordo que
tenemos que llevar sobre nuestra espalda a lo largo de nuestra existencia; de
hecho, ya lo decía Steven Covey: «no soy producto de mis circunstancias, soy
producto de mis decisiones», porque, al fin y al cabo, lo que nos define, es lo
que hemos escogido y es ahí donde yo quería llegar. Las decisiones son tomadas
en base a diferentes factores, pero que, en este caso, son los gustos
personales lo que prioriza la elección de una frente a la otra, entonces… Si ya
hemos elegido un camino, ¿por qué nos plantean la posibilidad de elegir otro?
Como os decía, si ahora estoy haciendo un curso de cocina y,
aunque me cueste, me estoy esforzando por llegar a ser un gran cocinero, ¿cuál
es el sentido de que me digas «pues estás a tiempo»? Acaso ¿me estás suscitando
que lo deje todo por ser peluquero (como había dicho de ejemplo) ?, porque si
lo que me estás sugiriendo es que, cuando acabe de estudiar cocina, me ponga a
estudiar para estudiar peluquería, ya no estaría a tiempo, ya habría invertido
los años que hicieran falta para acabar ese curso como para ponerme a estudiar
otros tantos años para llegar a ser peluquero.
Lo que quiero decir es que algo tan simple, como un «pues
estás a tiempo», puede dar como resultado una interpretación filosófica que
requiera de un debate personal que no todo el mundo puede llegar a resolver con
tanta claridad como otros lo harían. Verbi gratia, yo no tengo claro si
el camino que he elegido es el que quiero seguir durante el resto de mi vida,
pero tampoco quiero que nadie alimente mis dudas de si debo dejarlo o no, pues,
si lo dejo, habré perdido una inversión, ya no solo de dinero, sino también de
tiempo y… No sé vosotros, pero los años no perdonan y la vida no te da todo el
tiempo del mundo para que encuentres tu camino. Hablo por mí, pero yo creo que
ya no estoy a tiempo.
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