2019 | PENSAMIENTO

diciembre 26, 2019 Orfeo 0 Opiniones

Ya casi ha terminado el 2019 y todavía no sé cómo definirlo ni resumirlo porque en él he vivido unas emociones indescriptibles y, aunque me gustaría decir que no todo han sido buenas noticias, prefiero quedarme con ellas.
El año no empezó siendo nada en especial. Los míos me acompañaban, al igual que mi inspiración, pero ya en el primer trimestre mi pasado volvió a cruzarse en el camino dándome, con el tiempo, un nuevo miembro en mi equipo.
El año cada vez se volvía más duro y, con cada examen, mi inspiración se frustraba un poco más. Poco a poco iba creyendo que el fin de Orfeo se acercaba y eso me aterrorizaba.
El verano llegó y, con él, los actos en los que aproveché para hacer diferentes demandas que me permitían denunciar aquello que creía imparcial. Con ellos y, aunque no me lo había esperado, crecí muchísimo a nivel social y, sobre todo, profesional.
Publiqué mi libro y, aunque eso puede parecer lo más importante que me pudo haber pasado, sin duda, ha sido la futura llegada de aquella quien mordió la manzana.
Descubrí que no hay mejor amigo que uno mismo y que refugiarme en mí no está tan mal como yo creí.
A veces me enorgullezco de lo que he hecho, pero al mismo tiempo, me arrepiento de manifestar mis pensamientos así: como en este momentos.
Gracias a todos los que habéis formado parte de mi año.

0 comentarios:

¡Deja tu comentario!